Soñaban el mismo sueño,
En sus brazos ella era un sol,
Y su pecho para ella un cielo.
Era un amor de adolescentes,
Una fantasía hecha realidad,
Lo vivían intensamente,
Como si ya sabían,
Que pronto iba a terminar.,
Una tarde de invierno,
Se vieron en el mismo lugar,
En un abrazo se fundieron,
No se querían soltar.
Ella era la princesa de la casa,
Los ojos del papa,
Por ella él daba la vida,
Y nadie se la iba a arrebatar.
Esa tarde de invierno,
Algo triste transmitía,
Ellos vivían su amor intenso,
Como si fuera su último día.
Las gotas de agua caían,
Un viento frío soplaba,
Algo triste pasaria,
Yo pienso que el cielo lloraba.
Esa tarde la vieron salir,
De aquel su nidito de amor,
La voz se corrió en el pueblo,
Ya se acercaba lo peor.
Su padre muy enojado,
A su princesa castigo,
Era tan grande su enfado,
De ser una cualquiera la acusó.
Se valió de sus influencias,
Y a las autoridades acudió,
Y al amor de su princesa,
De delincuente acusó.
El tras unas rejas,
lloraba por su amor,
Ella en su cuarto lloraba,
De tristeza y dolor.
De aquel amor adolescente,
Un sueño fecundo,
Ya crecía en su vientre,
El fruto de su amor.
De esto supo su padre,
Más grande fue su rencor,
A su juicio quizo evitarle,
Lo que es pecado ante Dios.
Los intentos de su padre,
Al fin dieron su fruto,
La vida le quitó a un ángel,
El cielo está de luto.
También ella perdió la vida,
También ella fue con dios,
Dicen que la mato su padre,
Yo digo que murió de amor.
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